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sábado, 31 de marzo de 2012

Elena de Céspedes - La primera cirujana de la historia



(1546-1588)
La historia nos deleita a menudo con relatos inauditos y a veces increíbles. Este es sin duda el caso de Elena de Céspedes, un bebé nacido mujer que terminó viviendo como hombre; luchó en la guerra de Granada como un soldado más; se convirtió en la primera mujer de la historia de España y acaso de la de Europa, en ser considerada oficialmente como cirujano; tuvo un hijo como mujer pero al cabo de los años se casó con una mujer y vivió como un hombre; al final, fue acusada de intrusismo en el gremio de cirujanos, declarada culpable por haberse casado con una mujer estando casado o prometido con otra... Así, Elena o Eleno de Céspedes se convierte en un auténtico personaje de película.


La mulata hija de una esclava  
Elena de Céspedes nació alrededor del año 1546 en Alhama de Granada. Su madre era una esclava llamaba Francisca Medina y su padre, el amo de ésta, Benito Medina. Parece ser que Elena era mulata, ya que su madre era una esclava africana, y que vivió hasta los 8 años en casa de su padre. 

Elena tomaría el nombre de la esposa de su padre, Elena de Céspedes a la que sirvió durante un tiempo y con la que parece ser que mantuvo una estrecha y cordial relación. 


Tenía 16 años cuando fue casada a un albañil de Jaén, Cristóbal de Lombardo, quien la abandonó a los pocos meses, no sin antes dejarla embarazada de un niño, llamado también Cristóbal, y al que dejaría en manos de un panadero de Sevilla y del que no volvería a saber de él.


De tejedora a soldado
Sola, sin marido, sin padres, Elena marchó a vivir a Granada donde se ganó la vida como tejedora, oficio que había aprendido durante su infancia. Elena era un espíritu inquieto que no podía permanecer más de 6 meses en un mismo lugar. Así, Granada, Sanlúcar o Arcos fueron algunos de sus destinos. 

Fue en este ir y venir que dejó de trabajar como tejedora para empezar a ejercer de labrador y pastor. Es entonces cuando inicia su vida como hombre, haciéndose llamar solamente Céspedes. 


Las revueltas de los moriscos en Granada la llevó a alistarse en la Compañía de don Luis Ponce de León y marchar a la guerra como soldado.


De soldado a cirujana
Terminada la guerra, en 1570, Céspedes volvió a ejercer como sastre en varios lugares de la geografía española hasta que terminó instalándose en Madrid. Corría el año 1575 y Céspedes tenía unos 30 años de edad.

En Madrid conoció a un cirujano con el que entabló amistad y le empezó a enseñar el arte de coser y curar enfermos. Empezó a trabajar en un hospital de la Corte hasta que su fama llegó a oídos del rey Felipe II.