Té blanco, potente antioxidante y fuente de juventud

El té blanco es uno de los antioxidantes más potentes de la naturaleza por
su alto contenido en polifenoles (sustancias químicas muy beneficiosas con
actividad antioxidante.)

Tiene el doble de antioxidantes que el té verde.

Un vaso de té blanco tiene el poder antioxidante de 14 vasos de zumo de
naranja.

Es conocido en China como el té de la eterna juventud por su alto poder
antienvejecimiento.

Puede ayudar a prevenir y combatir el cáncer.


Además:

- Regula el sistema digestivo.
- Reduce el colesterol.
- Protege nuestro corazón: regula la presión sanguínea y previene infartos.
- Reduce el riesgo de padecer diabetes.
- Fortalece el sistema inmunitario y protege de ciertas bacterias patógenas.
- Es adelgazante, acelera el metabolismo y ayuda a quemar las grasas.
- Es el té más adecuado para combatir las arrugas y frenar la flacidez.

El té blanco se cultiva en China en las altas montañas de la provincia de Fujian y
durante siglos su consumo estuvo limitado al emperador y los más cercanos a él
pues pensaban que contenía el secreto de la inmortalidad y juventud.